El apalancamiento es una técnica muy usada en el mundo financiero, que puede ayudarnos a conseguir altos rendimientos sin arriesgar nuestro patrimonio.
En sí como tal es pedir prestado para invertirlo, una vez que ganemos devolvemos el préstamo y nos quedamos con las ganancias por haber invertido. El nombre hace alusión a como utilizamos una palanca para poder “levantar” o “mover” objetos pesados. En un ejemplo práctico puede verse de la siguiente manera: Necesito $1,000.00 para invertir en una empresa, sin embargo no cuento con ese dinero y solicito un crédito a un banco o utilizo mi tarjeta de crédito, en ambas situaciones existe una deuda y un costo del dinero (intereses). El fin de esto es que se logre maximizar la ganancia que nos dé el negocio en el que invirtamos ya que deberemos cubrir los intereses, por ende necesitaremos una tasa de ganancia por encima de los intereses por haber pedido prestado ese dinero. Para este ejemplo específico el costo del interés será 10% del total del préstamo (1000*.10= 100). Invirtiendo los $1,000.00 que pedimos prestado lo mínimo que esperamos para que sea redituable dicho esquema, es que nuestra ganancia sea mayor a $100, para que de ser así se paguen los intereses y el remanente sea nuestra ganancia.
Esta técnica es un arma de doble filo ya que es arriesgado financiarte con un crédito y tener que pagar intereses ya que es poco probable conocer la rentabilidad que obtendremos de alguna inversión que hagamos. Ahora bien, cuando tenemos la certidumbre de nuestra ganancia es bastante útil ya que no se pone en juego el dinero que tengamos (nuestro patrimonio).
Si bien es cierto que existe un tabú que endeudarnos es malo, esta frase aplica cuando buscamos endeudarnos con cosas que no nos generarán una ganancia, sin embargo, al endeudarnos con algo que puede llegar a hacer ganar dinero, es totalmente contrario, es la famosa “deuda buena” al multiplicar nuestros ingresos.
Conclusión
En cada escenario, situación, horizonte es diferente, no podemos estandarizar que siempre va a suceder o nunca va a suceder. Por ende debemos analizar y evaluar las alternativas que tengamos tanto de deuda como de oportunidades de negocio, para que podamos tomar la mejor decisión y así poder generar ganancias.